Hoy subo 2 cuentos que me gustaron de "El libro de los abrazos" de Eduargo Galeano, son bonitos, y el libro es muy recomendable.
Cuando los lujos se vuelven vulgaridades generalmente hay una pelota de trapo bajo nuestros pies, este cuento, en cierta forma nos recuerda esos días felices donde no existían conceptos como el "status"; donde el más rico, era aquel que conseguía descender con una mochila llena de bienes materiales, solamente para dejarlas y volver a ascender con la mochila llena de bienes del alma. El Verdadero sabio es aquel que sabe disfrutar su vida, entendiendo los golpes recibidos, y olvidando el dinero a cambio de un buen momento.
Miles de veces me pregunté que precio tendría yo en una vitrina, cuantas monedas o carretes de hilo valdré; cuanto pagarian realmente para que sea feliz. Realmente esa idea me hace muy triste, dinero por felicidad ? Cambiarían mis problemas ? Cambiaría mi escencia ?
En Nueva Colombia es igual que en tu realidad y en la mía, nosotros sabemos que las buenas cosas en la vida son gratis; la única diferencia que tenemos es que nosotros buscamos esa satisfacción espiritual en tan solo un "Hola" o un simple "Gracias" sin que ese acto tenga un beneficio directo para nosotros.
Por eso quise compartir estos cuentos cortos, para que en estos tiempos de crisis, locura, pandemia, paranoia y miedo, no se olviden cuan ricos pueden ser.
No olviden su riqueza. Al no tener un valor de esos que te venden en la televisión; tal vez sea menospreciado y hasta dejado de lado.
Recuerden que la palabra Sabio deriva de Sabor; por eso el verdadero sabio es aquel que sabe Saborear su vida sin barreras
Y no olviden sonreir diariamente. Asi :) !
LOS INDIOS.
En la isla de Vancouver, cuenta Ruth Benedict, los indios celebraban torneos para medir la grandeza de los príncipes. Los rivales competían destruyendo sus bienes. Arrojaban al fuego sus canoas, su aceite de pescado y sus huevos de salmón; y desde un alto promontorio echaban a la mar sus mantas y sus vasijas.
Vencía el que se despojaba de todo
LA FUNCION DEL ARTE.
DIEGO no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos.
Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, templando, tartamudeando, pidió a su padre:
--¡Ayudame a mirar!
Eso es todo por hoy gente, buenas noches y hasta la proxima !
:)
7 de julio de 2009
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2 comentarios:
Ayudame a mirar...
No se croe q de todo lo que escribiste hoy me apropio de esa frase, "Ayudame a mirar...".
Si lei todo y si me dio reflexion :D Afff vos a veces habals conmigo y me preg cosa so dejas q te de opiniones NO ME ESCUCHE Sy escuchate a vos mismo q tenes mas repsuestas de las q cualquiera puede darte! (:
Te quiero ♥
jajaja!
q ha pasado señor? jajaja
quieor saber q ha sucedido c su celular U_U
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